Si no es por una cosa es por otra, pero siempre falla algo.
Quizás sea el momento, que no es propicio, o que todo el
mundo está cansado de todo. Quizás ya no sea como antes, qué tarde nos hemos
dado cuenta.
Y aún así, todo parece seguir igual, pero con diferencias
perceptibles.
A veces recuerdo aquello que solíamos decir casi sin pensar,
y lo dábamos por cierto. Puede que ya me esté haciendo vieja y sienta esta
ausencia más que otras personas. No lo sé. Tal vez sólo esté divagando.
Puede que mi camino se haya orientado hacia un objetivo, y
que mi locomotora vaya a toda marcha y sin control, pero mi sentido común me
dice que aunque me descarríe y me pierda en mi camino, ya no te necesitaré para
reorientarme, porque cuando eso pase, tú estarás camino a tu propio destino.
Sí, sigue ganando puntos, tal vez cuando estés solo en tu
cuarto te sentirás invencible, pero esos puntos que has ganado no sirven para
nada que no sea tu propia perdición. ¿Y a mí que más me da si vienes o vas? Tan
claro tenías que te echaría de menos que has pasado todo este tiempo pensando
en ello, mientras yo vivía mi vida, mejor o peor, pero la vivía.
Y mientras yo pienso en todo esto y lo escribo, aún pienso
que te podría ir mejor si no tuvieras una personalidad narcisista. ¿Qué digo?
No, en la vida no te iría mejor y lo sabes, tú no vas a cambiar.
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